Blogia
un estudio sobre adán coprovich

the mask III. Hermenéutica

the mask III. Hermenéutica

Otra noción importante para nosotros es la de “hermenéutica” (1), que debemos prioritariamente al filósofo Hans-Georg Gadamer y a su libro Verdad y método (1960). ¿Por qué? En mi opinión, la hermenéutica es literalmente un “pensamiento posmoderno”, puesto que no es una suma de saber de validez universal que pueda ser transmitida a unos discípulos, no es una teoría filosófica concreta, ni una orientación; sino simplemente una forma de proceder frente a la palabra humana, hablada o escrita. Su columna vertebral es el diálogo.
El principio ‘diálogo’, y no la transmisión concluyente del saber, lleva implícito un postulado: que en el otro, en el ser-otro del otro, podemos y debemos aprender que quizá somos nosotros los equivocados. Y esta idea tendríamos que completarla con otra: el ser del otro es inaccesible. El ser-otro del otro está en frente de nosotros mismos, frente a nuestro propio ser-otro. Ese ser-otro es ocasión y estímulo, tema y objeto de todo esfuerzo por comprenderse. Y este esfuerzo es universal, porque donde hay seres humanos juntos, en cualquier experiencia en común, también cuando están recogidos en sí, reflexivos, allí siempre está el lenguaje, con ellos y en torno a ellos. Entonces surge la necesidad de entenderse, de entenderse correctamente, y donde falta el entendimiento o aparece un malentendido llega la interpretación. El principio dialógico de la hermenéutica postula ante todo una idea clara: que el entendimiento y el acuerdo no pueden forzarse. Con el lenguaje como lugar de entendimiento posible se abre un espacio de juego para la libertad humana, al que pertenece el reconocimiento de ser-otro como un límite y desafío a la razón.
Gadamer entiende, además, que en el arte hay verdad y que la experiencia estética es una experiencia de la verdad que no puede equipararse a la experiencia de las ciencias. Por eso su interés por el arte, sobre todo el de la lírica, y en éste, el del poema hermético (2). Por último, Gadamer tiende a comprender, como pensador posmoderno, que el ethos ha de tener primacía sobre el logos, el buen juicio ético sobre la fundamentación argumentativa.

 (1) De Hermes. Seguramente su mano, de la que vamos cogidos durante todo el recorrido de este trabajo, sea la culpable de que no nos olvidáramos de hablar de la hermenéutica.
 (2) Interpreta, por ejemplo, a George y Rilke (como también hiciera Heidegger, que se dedicó profusamente a éstos y a Trakl y a Hölderlin, todos ellos, se dice, “poetas de la pobreza”, esto es, del fin de la metafísica).

0 comentarios